Ayer estuviste entre mis sueños mujer preciosa,
después de atravesar el límite de lo imaginario
y de caminar ciegamente frente a lo contrario,
vi que al igual que una mariposa eres hermosa.

Con una voz cálida y enternecedora,
hiciste de un instante mísero de mi vida
la página más importante y acogedora,
un sueño que cualquier caballero cuida.

Sarahí, aún puedo percibir tu fragancia delicada
estuviste aquí al anochecer y te has ido,
pero la esencia aún sigue viva y me atormenta.

Mi ilusión de estar contigo está condenada
no soy feliz, pues de ti aún no he vivido
una alegría o una dolencia.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Top