Este Real de amor desbaratado, de rotas armas y despojos lleno, aguda roca y mal seguro seno de mi doliente espíritu cansado, al enemigo vencedor amado rendido francamente como bueno, de mí le siento eternamente ajeno, por verse de contrarios ocupado. Y el tirano cruel de mi contento, burladas mis antiguas confianzas, los vencedores escuadrones sigue. ¿quién podrá remediar mi perdimiento, si faltan del amor las esperanzas, y si quien amó tanto me persigue? |
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