Hay amores tan grandes que no podemos controlar, hay amores que aunque duelan no podemos evitar y hay amores que continuamente nos hieren y no podemos abandonar. Esta poesía es especialmente para esas mujeres que bajo cualquier condición se mantienen fieles a sus sentimientos.
Hiéreme. No me importa. Duéleme en todo lo mío; en mi sangre y mi alma, en mi corazón y en mis pensamientos. Dame un hondo dolor si no puedes darme un perdurable gozo. ¡Está en mí como sea!
Mi vida va bordeando tus orillas como un río profundo, como un río sin nacimiento y sin muerte, dilatado en tus márgenes, sujeto al cauce que le des.
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