Hiéreme. No me importa. Duéleme en todo lo mío; en mi sangre y mi alma, en mi corazón y en mis pensamientos. Dame un hondo dolor si no puedes darme un perdurable gozo. ¡Está en mí como sea!
Mi vida va bordeando tus orillas como un río profundo, como un río sin nacimiento y sin muerte, dilatado en tus márgenes, sujeto al cauce que le des.
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